The Departed - Los infiltrados
Martin scorcese lo hizo nuevamente. “The Departed”, su nueva película, no sólo es un éxito de taquilla, sino que además resultó ser un film mas que recomendable.
La premisa de “Los infiltrados” – basada en el film de Hong Kong Mou gaan dou (Internal affairs) – es la siguiente: Una brigada especial de investigación de la policía de Boston está tras los pasos de Frank Costello (Jack Nicholson), un importante capomafia local. El asunto es que para atraparlo necesitarán agarrarlo con las manos en la masa en algo grande. Para ello, prepararán a Billy Costigan (Leonardo Di Carprio), un joven recién ingresado a la fuerza, con el objetivo de que se infiltre en la organización delictiva de Costello e informe de sus movimientos. Costigan fue separado de las fuerzas del orden, de modo que solo dos personas de la misma sabrán de su doble identidad. Por otra parte, Costello tiene sus propios planes, ya que Colin Sullivan (Matt Damon), un joven protegido de él, ingresará a la policía, escalando posicines hasta llegar a la brigada que nos compete. Obviamente, su tarea será la de informar a Costello de todos los movimientos de los agentes de seguridad. A partir de allí, comenzará un peligroso juego de traiciones, investigaciones y de “descubrir al infiltrado sin ser descubierto que lo soy”.
Lo que distingue a “Los infiltrados” de otros filmes del género es su forma de retratar a dos mundos aparentemente diferentes, que se terminan asemejando demasiado. Este es un universo en donde la línea divisoria entre lo que supuestamente son los conceptos del bien y el mal aparece muy borrosa; donde cada uno, sea del lado que sea, pareciera actuar según su propia agenda; y en donde el fin SIEMPRE justificará los medios.
Durante dos horas y media estaremos atentos a todo lo que pasa en la pantalla, observando principalmente la vidas de Costigan y Sullivan, y sus diferentes maneras de sobrellevar una doble vida. Estén atentos para alguna que otra salpicadura de sangre, algunas escenas violentas (un par de ellas bastante sorpresivas) y más de una sorpresita.
Las actuaciones están a la orden del día, con papeles difíciles como el de Di Caprio, quien cada vez está mas lejos de ser el “chico carilindo” para convertirse en un actor que cumple sus papeles con dignidad. Nicholson vuelve a encarnar a un interesante hijo de puta, como hace tiempo que no lo hacía. Damon cumple perfectamente con los requerimientos de su personaje, mientras que también son dignas de mención los papeles de Wahlberg y Martin Sheen. Vera Farniga, actriz con experiencia aunque poco conocida, logra dar el toque justo para pasar a las grandes ligas.
Del otro lado de la cámara, Scorcese logra impregnar de un fuerte realismo a la escenas. Interesante la última toma de la película (no la diré).
La banda de sonido es una de las mejores del año, con la música de artistas tan disímiles como Rolling Stones, Nas o Roger Waters, cuyas canciones se adaptan perfectamente a la escena en la cual les tocó figurar.
Del otro lado de la balanza, me terminó pareciendo algo forzosa la situación de un triángulo amoroso que surge en cierto momento de la película, si bien el mismo ayudó a resolver algunas cosas del final de la película. Curiosamente, creo que para resolver la situación forzada, tal vez hubiese sido interesante dedicarle unos minutos más en pantalla al mismo.
En suma, en “The Departed” tendremos no solo entretenimiento asegurado, sino una trama sólida fortalecida por buenas actuaciones y más que interesantes personajes.
La premisa de “Los infiltrados” – basada en el film de Hong Kong Mou gaan dou (Internal affairs) – es la siguiente: Una brigada especial de investigación de la policía de Boston está tras los pasos de Frank Costello (Jack Nicholson), un importante capomafia local. El asunto es que para atraparlo necesitarán agarrarlo con las manos en la masa en algo grande. Para ello, prepararán a Billy Costigan (Leonardo Di Carprio), un joven recién ingresado a la fuerza, con el objetivo de que se infiltre en la organización delictiva de Costello e informe de sus movimientos. Costigan fue separado de las fuerzas del orden, de modo que solo dos personas de la misma sabrán de su doble identidad. Por otra parte, Costello tiene sus propios planes, ya que Colin Sullivan (Matt Damon), un joven protegido de él, ingresará a la policía, escalando posicines hasta llegar a la brigada que nos compete. Obviamente, su tarea será la de informar a Costello de todos los movimientos de los agentes de seguridad. A partir de allí, comenzará un peligroso juego de traiciones, investigaciones y de “descubrir al infiltrado sin ser descubierto que lo soy”.
Lo que distingue a “Los infiltrados” de otros filmes del género es su forma de retratar a dos mundos aparentemente diferentes, que se terminan asemejando demasiado. Este es un universo en donde la línea divisoria entre lo que supuestamente son los conceptos del bien y el mal aparece muy borrosa; donde cada uno, sea del lado que sea, pareciera actuar según su propia agenda; y en donde el fin SIEMPRE justificará los medios.
Durante dos horas y media estaremos atentos a todo lo que pasa en la pantalla, observando principalmente la vidas de Costigan y Sullivan, y sus diferentes maneras de sobrellevar una doble vida. Estén atentos para alguna que otra salpicadura de sangre, algunas escenas violentas (un par de ellas bastante sorpresivas) y más de una sorpresita.
Las actuaciones están a la orden del día, con papeles difíciles como el de Di Caprio, quien cada vez está mas lejos de ser el “chico carilindo” para convertirse en un actor que cumple sus papeles con dignidad. Nicholson vuelve a encarnar a un interesante hijo de puta, como hace tiempo que no lo hacía. Damon cumple perfectamente con los requerimientos de su personaje, mientras que también son dignas de mención los papeles de Wahlberg y Martin Sheen. Vera Farniga, actriz con experiencia aunque poco conocida, logra dar el toque justo para pasar a las grandes ligas.
Del otro lado de la cámara, Scorcese logra impregnar de un fuerte realismo a la escenas. Interesante la última toma de la película (no la diré).
La banda de sonido es una de las mejores del año, con la música de artistas tan disímiles como Rolling Stones, Nas o Roger Waters, cuyas canciones se adaptan perfectamente a la escena en la cual les tocó figurar.
Del otro lado de la balanza, me terminó pareciendo algo forzosa la situación de un triángulo amoroso que surge en cierto momento de la película, si bien el mismo ayudó a resolver algunas cosas del final de la película. Curiosamente, creo que para resolver la situación forzada, tal vez hubiese sido interesante dedicarle unos minutos más en pantalla al mismo.
En suma, en “The Departed” tendremos no solo entretenimiento asegurado, sino una trama sólida fortalecida por buenas actuaciones y más que interesantes personajes.